«No roben nuestras voces», la lucha de los artistas de la voz frente a la IA

«No roben nuestras voces», la lucha de los artistas de la voz frente a la IA

junio 20, 2023 0 Por La Redacción

La irrupción de la inteligencia artificial (IA) generativa, capaz de crear voces sintéticas apenas diferentes de las humanas, amenaza con desplazar a locutores, actores de doblaje y narradores de audiolibros que, irónicamente, alimentan día a día esa tecnología que podría arrebatarles su sustento.

«Estamos peleando contra un monstruo muy grande», dice el actor de doblaje y locutor Mario Filio, cuya creatividad quedó inmortalizada en la banda sonora de la película animada «Madagascar», con su pegajoso estribillo «¡Quiero mover el bote! ¡Quiero mover el bote!».

El verso original y título de la canción era «I like to move it». Pero Filio, que dobló al español latino la voz del fiestero lemur Rey Julien, y la encargada musical del filme idearon la adaptación, que se convirtió en un hit.

Este mexicano, que ha puesto voz a Will Smith y a personajes como Obi-Wan Kenobi (Star Wars), Winnie de Pooh o Miss Piggy, sostiene que nunca recibió regalías por aquel éxito. Pero eso es un asunto menor frente al desafío que plantea la IA generativa, que crea textos, imágenes, videos o voces utilizando contenido existente, sin intervención humana.

Para dar esa batalla, bajo el lema «No roben nuestras voces», una veintena de gremios y sindicatos de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica crearon la Organización de Voces Unidas (OVU), que impulsa legislaciones para armonizar IA y creación humana.

El uso «indiscriminado y no regulado» de IA puede extinguir un «patrimonio artístico de creatividad (…) que las máquinas no pueden generar», advierte OVU.

– Derecho humano –

Los artistas de voz ya competían con Text To Speech (TTS), una tecnología que transforma texto escrito en sonidos que imitan la voz humana pero con dicción robotizada, y se emplea en asistentes virtuales como Alexa o Siri.

Pero la IA sumó el «aprendizaje de máquinas» (machine learning), a través del cual un software puede comparar una muestra de voz con millones existentes identificando patrones que generan un clon.

«Se alimenta con voces que hemos estado subiendo por años», explica Dessiree Hernández, presidenta de la Asociación Mexicana de Locutores Comerciales.

«Hablamos del derecho humano de usar la voz y la interpretación sin tu consentimiento», añade.

Plataformas como revoicer.com ofrecen una vasta gama por mensualidades de 27 dólares, una fracción de lo que cobrarían profesionales. En su web aclara que «no pretende reemplazar las voces humanas», sino ofrecer una alternativa ventajosa.

Aunque las empresas tecnológicas siguen contratando intérpretes, estos sospechan que solo sea para alimentar sus archivos, y buscan herramientas para rastrear sus voces frente a una piratería que se sofistica.

Abogan por leyes que impidan que sus registros de voz sean usados para entrenar IA sin su aval e impongan «cuotas de trabajo humano», detalla el locutor colombiano Daniel Söler de la Prada, que llevó el cabildeo de OVU a Naciones Unidas y a la Organización Mundial de Propiedad Intelectual.

En México, meca del doblaje en Latinoamérica, también fue radicado un proyecto de ley para regular esta tecnología.